Últimamente tengo una sensación de pérdida de sustentación. En los aviones, es el momento en el que el aire deja de sujetar a la aeronave. Si no se le pone remedio, ésta entra en barrena y cae en picado. Las no elecciones de mi vida me pesan como lastres y tengo la terrible sensación de estar invadida por los virus de los comportamientos que ejecuto sin elegir, que se comportan por sí mismos como si fuera otra persona la que decidiera hacerlos, como si no fuera yo.
Yo elijo. Yo decido. Yo tomo las riendas.
¿Cómo ponerme un traje nuevo sin quitarme el anterior? ¿Y qué pasa con el momento del desnudo entre traje y traje?
Tengo unas ex-amigas que se portaron conmigo de manera dura y retorcida. Dos factores se dieron: su poco sanidad emocional y la mía. De la suya no puedo hablar porque no soy ellas. De la mía diré que yo aguanté esas maneras, miradas, desplantes y comentarios y casi que asumí mi papel de víctima con deleite. En su momento sufrí muchísimo porque yo como víctima es que soy muy fácil, carezco del retorcimiento ese de la gente insegura que no asume sus miedos y los paga con el vecino, y me planto ahí, con la camisa abierta e instrucciones de cómo clavarme el cuchillo de manera más dolorosa. Me da tanta inseguridad caer en ese orgullo y en esa arrogancia que me voy al otro extremo de dejar que me avasallen.
Ni tanto ni tan calvo. He de poner límites a los demás para que sepan hasta dónde pueden llegar. Es la única manera de que a mí también me los pongan, porque mi energía es explosiva, a veces incluso invasiva.
De pronto la vida te trae nuevas pruebas, y cuando detecto energía tipo la de mis examigas, se me ponen los intestinos de punta y empiezo a vomitar mierda. El avance es que avasallarme ya no me avasallan, digo lo que pienso y no veáis que bien sienta. Es la de:
Si no te importa, ponte tu atrás.
Y yo: Pues sí, sí que me importa.
Por supuesto, al final me pongo atrás porque es una gilipollez discutir por semejante tontería, pero por lo menos lo he dicho.
Mi gran objetivo es la templanza, porque soy extrema para todo. De la inseguridad más profunda a la arrogancia extrema. De avasallada a avasallante, de víctima a verduga.
Hay una necesidad de llamar la atención que necesito desactivar ya, sólo yo pendiente de mí.
Qué rara me siento. Esto debe ser bueno. Aterrizaré en breve.
Dale
1 comment:
hola guapa,
hace mucho que no te veo,
un beso fuerte.
Hablamos.
M
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