Thursday, May 10, 2007

LONDON IS BURNING: PRÓXIMA´S SUCESS AND OTHER STORIES

La película "Próxima" fue proyectada para gran regocijo del público británico el viernes pasado en el Apollo, unos cines a dos metros de Picadilly Circus, el centrazo de Londres. A dicha proyección tuve el honor de acudir, y tuve el placer de conocer a Louis Savy, organizador del Sci Fi London, y a Dave Lilly, presidente de la Federación Europea de Ciencia Ficción. Ambos dos ,encantados con la películas, se confesaron grandes admiradores del cine de Carlos Atanes.

Entre el público se hallaba también la madre de Louis, una dama inglesa con bastón y todo, que se confesó fan absoluta del cine Atánico, y en especial de esa frase de FAQ, (primera película de Atanes), " Unwrap the cat" (desprecinta el gato, en la V. O.). Parece ser que ella y sus compañeras de Bridge, veían esa secuencia una y otra vez mientras engullían té con pastas.


En cuanto al fin de semana en Londres, como totalidad, he tenido de todo... Por dónde empezar...

Lo haré por el Amor...


El Amor. Sin duda una de las historias de amor más importantes e inquietantes que conozco, ocurrió en Londres. Allá por el año 69 más o menos (sugerente número, pardiez) un par de muchachas españolas (M. y A.)que trabajaban en la Anglófona Capital, acudieron a un bar, el Ye Olde Swiss Cottage. Andarían contóneandose sugerentes al son de los Beatles, cuando hete aquí que ficharon a un tipejo esparragado (B.), con perilla, de ojos vivos y sonrisa fácil. "A ver quien se lo liga", fue el desafío entrambas.

Parece que las armas de seducción de M. fueron más efectivas en esta ocasión, ya que B. le pidió el teléfono con el fin de invitarla a salir. M. se negó, y tras marcharse con A., A. volvió corriendo al pub a darle el teléfono de M. a B.

La primera cita de MB, como la marca de juguetes, fue al London Zoo. Eran otros tiempos, acallen sus risitas ignorantes.

La primera cita de MB, no ha acabado aún a 10 de Mayo de 2007. Aún se quieren y juntos montaron XKJ, inquietante trío de herman@s del cual soy la K.

Fue curioso pasear por el London Zoo camino de Ye Olde Swiss Cottage, donde me tomé una pinta deliciosa a la salud de mis queridos padres.


Pensaba hablar del episodio antiAmor de Londres, pero esta historia es tan bonita, que junto con la proyección de Próxima son un todo perfecto, para que voy a fastidiarlo. Otro día lo haré, que merece también su sitio.
Y aquí están, de izquierda a derecha, JMK(yo)XB, letras rarísimas y amadísimas del Abecedario, en el punto más septrentional del continente africano, así somos de exóticos en casa.

Wednesday, May 02, 2007

SOLIDARIDAD CIUDADANA

Yo no sé por qué este surrealismo en mi vida. Mis amigos Marta y Carlos me han prestado una bici en desuso que tienen, y estoy emocionada como un niño con zapatos nuevos. Es cierto que montar en bici no se olvida nunca. Ahora bien, arreglar un pinchazo, hinchar una rueda o meter la cadena cuando se sale... eso es otro cantar. Y cuando voy montada hacia adelante, bien. Ahora maniobrando de pie para sacarla de algún sitio, soy tan chunga y peligrosa como cuando llevo esquís recién afilados.

Y el surrealismo viene por lo siguiente.

Primera excursión al mundo exterior con la bici, y a una manzana de la terraza donde me estaba tomando algo con Marta y Carlos, se me sale la cadena. Mi reacción; ¡pues llamar por teléfono! ¿Pero en qué clase de pija urbanita me he convertido? Alguien me decía: "¿y a quien llamabas, al RACE?". No, hombre, a tito Carlos y Marta para que me rescataran. Y mientras les iba contando lo que me había pasado y se morían de la risa (habían pasado 30 segundos desde que me había despedido heroícamente de ellos, con salvas de cañonazos incluídas), un caballero que estaba aparentemente bajando de un coche (una pierna en el suelo, la otra dentro del coche, la puerta abierta), me escucha y dice: "¿Se te ha salido la cadena? Te ayudo." Y de un portazo cierra la puerta. Por un instante me asusto pensando que se había pillado la pierna con la puerta (ya sabes, saca todo tu cuerpo de un vehículo antes de cerrarlo de un portazo), hasta que a saltos el amable y heróico señor cruza la calle sobre la única pierna que poseía con un papelito en la mano para no pringarse los dedos al meter la cadena en su sitio.

Cuelgo a Marta y empezamos la vasculante maniobra de intentar meter la cadena, además viene un coche y yo me he parado en el puto medio, claro está, y soy malísima sujetando a la bici, y encima el señor no es el colmo de la estabilidad con su única pierna. Nos apartamos y en un arranque de genialidad, saco la pata de cabra de la bici, y digo: "Ya está, estabilizado". Y el tipo me contesta: "no, si el que necesito apoyarme soy yo". Y después de mover la bici hasta un coche cercano para que él pudiera apoyarse y meterme la cadena (de la bici, eh), le agradecí su ayuda y me alejé pedaleando roja como un tomate y flipando con una Owensada más en mi historial...
Y encima ahora voy en bici por Madrid, qué peligro.