MOMENTOS

Son momentos fugaces,
La lucidez a la par que la confusión total.
El caos en una mano, el orden en la otra, y en equilibrio sobre el abismo.
Luego un@ se deja caer hacia uno u otro, y se da cuenta de que el abismo se lo cava cada uno.
De que se puede caer, en otros lados, y en la cuenta de que el aferrarse con uñas y dientes no significa no haber caído; igual ha sido una caída lenta y dolorosa en vez de rápida y eficaz pero hemos caído igualmente. No vale dejarse llevar al cien por cien, ni agarrarse como locos.
O sí vale. ¿Quién soy yo para determinar qué vale y qué no?
Es como cuando me enamoro.
Me debato entre dejarme llevar y mantener el control.
Como todo hijo de vecino, vamos.
De pronto sé que cada segundo de mi existencia elijo y decido la realidad que está en este mismo momento ante mis ojos y la responsabilidad de ello me oprime como una losa sobre la espalda...
y a la vez me permite volar
flotar
plantarme con los pies sobre la tierra
o volver a despeñarme

LA MUJER ESQUELETO

Sabina.
Acampar en una playa y amanecer junto al mar.
Respirar aire del mar todos y cada uno de mis días.
Llorar de felicidad.
Retorcerme de risa en la arena de tu sonrisa.
Escuchar: No, no puedo enamorarme de ti.
Ni siquiera sé quién es ti... y ya sé que no puedo...
y a la vez te quiero... y no soy... y soy más que nunca.
Todos vosotros que alguna vez me habeis amado sabeis qué soy.
Todos los que nunca me habeis conocido, también.