Tuesday, March 17, 2009

¿DÓNDE ESTARÁ MI HUEVITO?

El sábado a las 5:30 de la mañana, cuando me disponía a coger mi huevito para ir a trabajar (mi Fiat Punto de 14 años, que es como un huevito), hete aquí que a alguien le hacía más falta que yo, y no estaba dónde lo había dejado ni por las cercanías. Tres meses después de comprarlo, unos malhechores (porque mal, está mal hecho) se lo han llevado a algún sitio no identificado.
Y hoy, que comenzaba mis ansiadas vacaciones tras currar 10 días sin parar, pues a disfrutarlas en autobús. Y digo yo, que ya que se lo han llevado, y por tanto supongo yo que son vecinos, podían haberlo traído de vuelta, o haberlo dejado mal aparcado o qué se yo, haber dejado una notita de despedida o... o haber tenido un repentino ataque de bondad y haberlo dejado donde estaba...
Gracias a todo, estoy de vacaciones y no lo necesito pero claro, el 2 de Abril... pues empiezo otra vez a trabajar y me va a hacer falta sí o sí... sino ése, otro... ¿Cuánto tiempo espera uno a que aparezca? ¿Me alquilo uno por si aparece cuando me haga falta? ¿Qué hago, y cuando?
Me han robado el coche, sí, pero no me han robado la alegría, ni un brazo ni a un ser querido ni nada que no se pueda comprar con dinero. Así que a disfrutar de esta nueva crisis de movilidad... Todo estaba saliendo demasiado bien, así que la vida le echa un poquito de animación a la cosa... Ante las adversidades: ¡¡¡Yujuuuuuuuuuuu!!!

Tuesday, March 03, 2009

VIVA LA CRISIS

Será que llevo en crisis desde que nací. Creo que nacer debió ser la primera gran crisis, o quizás el momento en el que aquel espermatozoide fecundó aquel óvulo. Todo el cuerpo de mi madre entró en crisis. Nacer fue la crisis del embarazo. Y vivir... menuda crisis que es vivir.
Cada segundo me planteo donde estoy, y qué estoy aprendiendo, y eso es en sí una crisis. Y son las crisis las que me permiten mutar, aprender, crecer, ser...
Tras todos estos años de consumismo, no entiendo que la gente se extrañe de que esto haya hecho aguas. Pero era más cómodo no pensar, si esto viene de un lugar o de otro, si me sale tan barato porque lo ha fabricado un niño en un país en vías de desarrollo, o porque han estafado al campesino que, con el sudor de su frente y su esfuerzo diario, ha cultivado esas fibras necesarias para mi bolso chic último modelo. Mejor no preguntar, mejor no saber, mejor no tomar conciencia. Ahora somos todos ese niño y ese campesino, y es que lo hemos sido siempre, aunque no nos lo planteáramos. Mejor voy a lo mío, y así no tengo que pensar, mejor me voy de compras, y así puedo seguir sin pensar, a ver si aguanto hasta que me muera sin haber pensado...
Y de pronto, ese malhacer ha ido escalando por la cadena de producción aplastando distintos grados hasta que ha llegado a nosotros, y ahora es la vecina de abajo la que no puede pagar su hipoteca monstruosa, y hasta la gente adinerada que posee 50 pisos no tiene qué comer porque el ladrillo no sienta bien al estómago.
La gran bonanza económica, nos ha enriquecido a costa de otros, y ahora... ¿este dinero que no tenemos nadie, dónde está? Basta de pensar en mí como un elemento individual. Es necesario, sí, estar uno bien para poder estar bien con los demás, y el trabajo empieza en mí. Pero es el destino de ese trabajo lo que debemos cambiar: no es para mi enriquecimiento, sino para que el mundo sea un lugar mejor, es para el enriquecimiento mundial... Y ahora que vemos el monstruo a los ojos, ahora sepamos que hace siglos que el monstruo de la pobreza vive en este mundo, en el que todos podríamos caber sin tanta diferencia.
Yo festejo la crisis, ¡Viva la crisis! Y que sirva para abrirnos los ojos y darnos un buen tirón de orejas, y volvernos mejores personas, y ayudarnos a apreciar lo que tenemos, y a ser más creativos... Y que sirva para que aquello que verdaderamente no se puede pagar con dinero, como es el Amor Incondicional, el verdadero, el no comercializado, sea redescubierto y liberado de la cárcel del materialismo.
Me quedo más ancha que larga tras escribir cosas como esta.