EL TIEMPO VUELA

No escribo más a menudo porque se me pasa el tiempo volando, la verdad. Ya estoy trabajando como guía y me encanta, unas veces más que otras pero siempre disfrutando. A veces hay gente que no sabe bucear y no para de darme golpes en la cabeza o patadas, y se complica un poco disfrutar de la vida subacuática, ya que me tengo que concentrar en salvaguardar la vida propia.

Mallorca es una preciosidad, pero no tengo mucho tiempo para disfrutarla, y menos esta semana en la que han venido a visitarme mis padres. De hecho, le he regalado a mi madre su bautismo de buceo y ayer lo hizo, le fué de maravilla y pese a sus reticencias iniciales "estoy mayor" al final disfrutó muchísimo y estaba emocionada.

Parece mentira que hace exactamente dos meses que llegué aquí... no paro de aprender y desear que llegue mañana mi día libre y pueda quedarme en la cama hasta que me dé la real gana...

TIEMPO PARA MÍ

Todas las cosas no son malas o buenas. Son lo que son, y su positividad o negatividad es cosa nuestra. Esto significa que es nuestra responsabilidad y está en nosotros la posibilidad de estar serenos, felices, centrados. Cualquier hecho puede ser positivo o negativo dependiendo de cómo lo miremos. No paro de aprender, de mis errores que son múltiples en este nuevo campo en el que me he metido, y de las personas que me rodean, múltiples y dispares, siempre humanas.
El Guiri Feliz, por ejemplo. GF para abreviar. Es mi otro compi de piso y de trabajo, y tiene una vitalidad y un optimismo contagioso. Estaban viendo los niños el fútbol (es como volver a vivir con mis hermanos, la sensación es estupenda) y dice el GF: "Mira ese árbitro, qué bien hace su trabajo". Y a mí me da la risa y le digo a Sergi: "Es la primera vez que escucho a alguien decir estas palabras." Y es que hay que ser un GF para ver el otro lado de: "Menudo cabrón el árbitro éste, andáte a operar la vista, boludo"...
Y es que puedo ver el sol en un día nublado si quiero, y las estrellas al amanecer. Todo está en querer ver el lado positivo, aunque siempre real, eso sí. No se trata de adornar la realidad para no verla, sino de interpretarla con equilibrio y entender que todo lo que pasa es por algo, y que nuestra manera de ver las cosas ayuda a que éstas sean más o menos agradables. La sabiduría está en mi corazón, que cuando trabaja con la cabeza, la intuición y alegría, me hace estar serena, feliz, estar más Karen que nunca.
Estemos felices, aprendamos, no paremos jamás de crecer.

MÁS BOMBEROS

Lo de los bomberos en mi vida es ya como un chistecillo... Me dice mi boss: Buceas con los dos bomberos. Yo mucho no me quejé diré, ya que estoy todo el día viendo a tipos en bañador poniéndose neoprenos, pues mucho más agradable ver buenos pectorales y chocolatinas que otro tipo de anatomías más complicadas de introducir en un ajustado traje. Dos tipos de Madrid muy majos, les pregunto a ver dónde trabajan y resulta que trabajan con un amigo mío de la juventud que aprobó la oposición hace unos meses y está en pozuelo. Así que os pongo un par de fotos. Una a 25 metros en un barco hundido con un bombero, y otra en la puerta del centro con Sergi, mi compi de piso y de trabajo, los bomberos y Pedro, que trabaja aquí de patrón.

LIBERTAD Y RIESGO

Hay veces que me siento muy libre. No tener posesiones materiales te da una libertad.

Hay otras veces que siento vértigo. No tener posesiones materiales te da vértigo.

No tener posesiones materiales no quiere decir que no tenga nada.

Y sin embargo, hoy en día parece que el baremo de tener o no tener está en si tienes o no tienes nada. Cuando me siento segura de mí misma, de mi valor como persona, de mi capacidad de crear cosas nuevas, me siento libre. Cuando me olvido de mi valor, de mis cualidades, de mi esencia, y empiezo a mirar hacia afuera, y veo los yates que tengo aparcados a escasos metros de mi terraza, y pienso en lo podrido de pasta que hay que estar para tener un yate como ese (Si ese es su yate de recreo, como será su casa/coche/ropa de no recreo...), siento un cosquilleo en el estómago, y empieza el vértigo. Cierro los ojos y me doy cuenta de que no necesito un yate ni una casa ni ropa mientras me tenga a mí misma, que no es poco, y que no me resulta siempre fácil recordar. Confío en mí y en mi futuro, en que será lo que será y estará bien siempre que sea yo la que cultive este presente con infinitas y libres posibilidades.

Esta es la cara de alguien libre un domingo por la mañana recién levantada...