Tengo miedo al Miedo. El Miedo con mayúsculas es el mío propio.
Algunas veces, por miedo, no digo lo que pienso, no digo lo que siento, no actúo como deseo. Curiosamente, en esas ocasiones me doy cuenta después, cuando el Miedo ya se ha ido y sufro inmensamente. Entonces tengo aún más miedo pensando en la imagen no verídica que he proyectado de mis pensamientos, palabras y acciones, y a la vez una inmensa alegría, porque me recuerden que no hay que bajar la guardia ni un segundo, que seré feliz siendo firme y sincera en lo que soy auténticamente yo.
Voy a ser valiente aunque me cueste la vida, valiente en ser tan amorosa y sensible y sincera como me siento, valiente en abrazar y hacer sentir mi amor a los que me rodean, que bien se lo merecen.
Este fin de semana he sido bastante cobarde. Ahora me tocará ser valiente en la distancia, pero con todas mis fuerzas.